la Virreina baila swing
Ligeramente nublado, leve caricia del sol. El barrio festeja domingo. Se dibujan la calma a los piés, las manos, la sonrisa. Dos terrazas en las esquinas opuestas del paralelepípedo. Y swing. Suenan el blues y el swing, alguien canta al Misisipi y unos cuantos bailan, divertidos. Al costado, la iglesia de Sant Joan. Ha acabado la misa y se mezclan los fieles con las notas de algodón. Muchos los miran bailar de lejos, y pasan. Parejas de todos los colores, un anciano marca el paso, experto, a las manos, la cintura de una joven, vigorosa, en falda de pliegues. Se mezclan, intercambian y vuelta mientras una trompeta, imprescindible contrabajo y demás inundan la plaza. Por domingo.
en lo escotado de tus ojos
siempre tejiendo imposibles
otra noche cazando sueños
tan volátil
el tiempo